(LOG) Fiesta - Dom/Paulette.

Subo el cierre de mi vestido y después corro hacia mi baúl para tomar un collar que me regaló mi madre en mi último cumpleaños. Mi pequeña fiesta improvisada de dos personas se llevará a cabo en Las Tres Escobas y aun que solo iremos Paulette y yo, necesito sentirme apropiada para una celebración. Quedé de verla en el pueblo en aproximadamente 15 minutos y será mejor que me apresure si no quiero llegar tarde. Tomé mi pequeño bolso sin olvidar asegurarme de traer suficiente dinero. Bajé y saludé a los pocos compañeros que están en la Sala Común pero no me detuve a charlar para no hacer esperar a mi compañera.

Me alegra tener la oportunidad de charlar con ella después de las largas vacaciones. Siempre es bueno actualizarte en cuanto a sucesos que les hayan pasado a tus amigos y a mi de verdad me interesa saber de Paulette. Caminé por los pasillos con paso rápido y en 10 minutos ya me encuentro en las afueras del colegio, caminando por la vereda que lleva a Hogsmeade. Regresar a Hogwarts es genial y esta pequeña "fiesta" es para celebrar que estamos de vuelta en el castillo. Claro, cuando más Slytherins estén instalados sería bueno hacer una fiesta en grande pero por ahora solo quiero charlar con alguien y divertirme.

Entré a Las Tres Escobas y recorrí el lugar con la mirada. Corroboré que Paulette aún no llega, así que me senté en una mesa del centro. Decidí esperar a que llegara para pedir algo de beber, así que rechacé al mesero cuando se acercó a mí. Tarareo una canción sin prestar mucha atención a la letra y miro por la ventana para distraerme un poco.

Mátameeee ;O;

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Esa tarde, me habia arreglado de una forma un poco informal, Dominique y yo habíamos quedado en ir a celebrar el regreso al castillo, de nuevo a tomar clases, de nuevo a la vida de las hijas perfectas y hermosas.

Perfectas Slytherin.

Sonreí al verme en el reflejo del espejo, estaba con una blusa de encaje de satín blanca, mi pantalón era entallado, igualmente de satín solo que brillaba más en color negro, unas zapatillas igualmente negras, mi cabello sujeto de lado y maquillaje suave para entonar mi rostro, era hermosa y yo lo sabía, así como Dominique lo era.

Salí de la sala común sin hacer mucho caso a todos los demás, simplemente caminé y caminé hasta Hogsmade donde quedamos de vernos, en las Tres Escobas.

Al entrar, pude darme cuenta que Dom estaba ya sentada en una mesa, levanté una ceja, siempre tan puntuales, siempre tan perfectas, siempre nosotras.

-Dom~-dije encantadoramente sentándome a su lado, las miradas se giraron a nosotras pero no importaba, ahora, eramos ella y yo, de fiesta.

Escuché su voz e inmediatamente aterricé en el mundo real. Al mirar hacia afuera, por la ventana, me había quedado pensando en cosas que no debería recordar. - ¡Hola Pau! - se sentó a mi lado así que solo me tuve que estira un poco para lograr besar su mejilla como saludo. Le sonreí - Que linda te ves, como siempre - añadí, riendo un poco. Crucé una pierna y me acomodé en el asiento. El mesero al notar que ya había llegado mi acompañante, se acercó con paso rápido y sonriéndome como minutos antes lo había hecho, nos preguntó si queríamos algo de beber - Yo quiero Ron de grosella, por favor - mencioné. Si vamos a festejar, lo haremos con buenas bebidas. - Pide lo que quieras, eres mi invitada así que va por mi cuenta - le dije a Paulette con voz divertida y miré por unos segundos al chico que nos atendía, para después recorrer el lugar con la mirada.

Coloqué mi bolso sobre mis piernas para que el chico dejara de mirarlas, ya que había notado que lo estaba haciendo. Miré a Pau de reojo como diciendo "Es un estúpido". Esperé a que Pau escogiera su bebida y aplaudí ante su elección. Me relajé cuando el chico se alejó y volví a sonreír - Ahora, dime, ¿como estuvieron tus vacaciones? - estoy acostumbrada a las pláticas interesantes de Paulette, seguramente esta no será la excepción.

Sonriente por el beso de Dom en mi mejilla, se lo devolví en forma de saludo, feliz por volver a la escuela, al castillo y ver a mi amiga, sobre todo por lo que sabía que me esperaba en el castillo con mis amigos de casa y de otras casas. Miré por la ventana fugazmente escuchando el cumplido de Dom y le regresé la sonrisa radiante.

-Tambien tú Dom, te ves hermosa-comenté y noté como el camarero se acercaba a nosotras, yo le dirigí una mirada mía, como las que llamaban "Miradas P". y noté que este me la devolvía incómodo, era tan divertido hacer eso, cuando Dom pidió su orden, yo sonreí.

-Vamos Dom, te lo agradezco, me trae por favor un Vodka-dije girándome a la pelirroja ignorando totalmente al camarero nuevamente. Coloqué mi bolsa aterciopelada en el asiente de al lado de mi y apoyé mis manos en la mesa, mirando ela rreglo floral del centro de esta, sacando la margarita que ahí estaba, oliendola con suavidad.

-Mis vacaciones, Pues en realidad fueron bastante agradables, Viaje a Italia de nuevo con mi familia, fuimos a ver las ruinas de la familia, ya sabes, ver a la familia en sus cuadros, algunos libros viejos que debo decir, muchos siguen siendo interesantes, por ahí traje algunos, si quieres, te prestaré el que te guste -El mesero volvía con nuestras bebidas y yo le regresé una sonrisa pícara a Dom mientras dejaba la flor sobre la mesa y tomaba mi vaso.

-Salud por volver, y Salud por Slytherin-brindé

Estaba a punto de contestarle uno de sus comentarios cuando vi como observaba al mesero. Mordí mi labio para no soltar una carcajada tan comunes en mí. Traté de respirar con normalidad para no causar un alboroto. No sé como lo hace, jugar con la atención del chico y pretender que nada pasa. Ya le he dicho a Paulette varias veces que a mi no se me da eso de ser coqueta, me siento una ridícula, pero a ella le va.

Observo como toma la flor y la escucho con atención. En ocasiones inclino un poco mi rostro en respuesta a su relato, sobretodo cuando mencionó los libros. Sonreí de lado y escuché los pasos del chico. Tomé con cuidado mi bebida y de inmediato la alcé con delicadeza frente a mi - Salud, amiga - suelto una risa leve y tomo un poco del ron. Extrañaba esta bebida y este lugar. - Me encantaría conocer a tu familia algún día, seguramente son igual de encantadores que tu - no sé porqué, pero por alguna razón recordé mis vacaciones.

Y por supuesto, recordé mi familia. Numerosa por parte de los Weasley y algo solitaria por el Delacour. - Yo.. ya sabes, la pase en Francia con mi madre y mi tía entre ropas y cosas femeninas. Esperaba algo mejor pero, al menos salí de Londres. Aun que ahora me alegra mucho regresar, te extrañe - comente, mirándola y sonriendo con tranquilidad.

Sabía que a Dominique le divertían mis juegos, por mucho que me regañase diciéndome que no era correcto, pero podía notarlo, esa sonrisa que se ocultaba, nerviosa, como intentando no soltar la carcajada de su vida al verme jugueteando con la atención de algún chico y después botándolo así de la nada, pero es que Dominique sabía, a grandes rasgos, lo que conllevaba mi juego, sin embargo con ella presente, intentaba moderar mis… acciones.

-Ríete Domi, no le harás mal a nadie si te ríes -levanté la copa en forma de broma y la miré con picardía, Dominique eran una chica sumamente especial, esperaba que el chico que la atrapara, la tratara bien, o si no, yo misma me encargaría de que aquel imbécil que la haga sufrir aunque sea un poco, conozco la profundidad del averno mismo.

Sorbí de mi copa mientras ella hablaba, ¿Conocer a mis Padres?, ¡Era una gran idea!, seguro Papá y Mamá terminan encariñándose tanto con Dominique, era una Slytherin y por sobre todo, era madura, hermosa y sumamente educada y tierna, algo que compraría a mi madre sin dudarlo.

- Podemos planear algo para estas vacaciones de Invierno, ¿quizá que vayas unos días a la mansión?- propuse alegremente y dejé la copa en la mesa mientras sonreía. Yo conocía poco de la familia de Dominique, y no es que no me importase, realmente el apellido Weasley era muy famoso, como el Potter y sin embargo, quitando esa etiqueta de apellidos, Dominique era única en si sola.

-Yo también te extrañé Domi, la vida no es tan divertida si no tengo a quién molestar –le guiñe el ojo, divertida.

Bajo mi vaso y lo coloco en la mesa después de beber un poco más. Mis sentidos se despiertan al escucharla hablar de las vacaciones de invierno. La verdad no había pensado en las opciones que tenía para pasar la Navidad, ya que seguramente será igual que todos los años. Navidad con mi familia paterna y año nuevo con mi familia en Francia. La escucho invitarme a su mansión y asiento, con educación. Lo que había dicho antes de conocer a su familia, lo decía con seriedad. He sido amiga de Paulette por años y no es adecuado que no conozca a su familia. Obviamente ella conoce a la mía, pero es sumamente entendible que conozca a los Weasleys aun que yo no la haya presentado a todos. - Me encantaría, me vendría bien algo de compañia femenina que no sean mi hermana o mis primas - sigo su consejo y rio sin preocuparme por mi volumen de voz.

Tomo un poco más de ron y me acomodo un en mi asiento. Ruedo los ojos ante sus palabras - Oh por favor, tu en cualquier lugar encuentras a quien molestar - digo entre risas. Paso un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y juego un poco con la copa. Me perdí un poco mirando los pantalones de Pau, que brillan gracias a las luces del lugar. Pensé que quizá podríamos ir de compras en las vacaciones o quizás perdernos un poco por el Londres muggle. Hace tiempo que no asisto a una fiesta, también podríamos planear algo así - ¿Sabes? deberíamos de ir un fin de semana al Londres muggle y asistir a una fiesta sin ser invitadas - comento con diversión en mi voz - No creo que nos nieguen la entrada, somos adorables - digo con un poco de sarcasmo y le sonrío. Nos puedo imaginar, en la noche, caminando por las calles con vestidos de fiesta. Suelto una risa y muerdo un poco mi labio inferior.

Apoyo mi rostro en mi mano y mi brazo en la mesa. Miro a Paulette y levanto una ceja - Solo llegas a mi lado y quiero cometer locuras - probablemente esto no es nada loco para Pau, pero para mí lo es y me divierto por lo mismo. Miro alrededor y observo que el mesero nos observa con mucha atención. Primero recorre con la mirada a Pau y después lo hace conmigo, tomándose su tiempo - Tu novio te engaña, le gusto - señalo discretamente al mesero y vuelvo a reír.