{LOG} Secretos - Clarisse / Katt

A pocos días de volver al Colegio me cite con mi mejor amiga, Katt Valereen Wells, la rubia más divertida, hermosa y bondadosa del país entero. Como es mi costumbre cada que voy a verle, me pongo de lo más lindo que encuentro en mi armario, y este día, definitivamente no iba a ser la excepción.

Sentada en nuestra mesa favorita de Las Tres Escobas, tomando una cerveza de mantequilla mientras espero a su llegada, el calor del lugar me la recuerda, justamente 5 años atrás la conocí en este lugar, yo me encontraba nerviosa, mi primer año en Hogwarts, lejos de casa... Pero... ella se presento, sabiendo que necesitaba charlar con alguien, desahogar mi tristeza de dejar todo atrás, estuvo para mí, solo para mí como siempre debe ser. Doy un sorbo a mi cerveza, mirando impaciente por la ventana, su imagen llena mi cabeza y no quiere salir de ahí. Suspiro ilusionada, todo el verano sin verla ¿Habrá cambiado? ¿Seguirá igual de bajita? Sea como sea, estoy segura que Katt se verá más radiante que nunca. La camarera del lugar se acerca a mi mesa
- Puedo ofrecerte algo más mientras esperas? - me pregunta con una gran sonrisa en el rostro. Por mi parte le contesto con un gesto falso de felicidad
- No, muchas gracias. Con esto me va bien por ahora -. La chica se va a la siguiente mesa, dejándome nuevamente tranquila con mis recuerdos, los cuales son protagonizados por mi mejor amiga.

Otras vacaciones mas que se terminaban, las clases ya estaban por comenzar otra vez. Dentro de pocos días me encontraría sentada en uno de los compartimientos del Expreso de Hogwarts en dirección al castillo. Pero aún quedaban unos momentos de vacaciones los cuales pensaba seguir aprovechando.

Me encontraba camino a Las Tes Escobas, para mi reunión anual antes del inicio de cursos con mi mejor amiga Clarisse, o como yo la llamaba la mayor parte del tiempo Issie. Todos los años hacíamos lo mismo, antes de que comenzaran las clases nos citabamos en el lugar donde nos habíamos conocido y pasabamos toda la tarde contándonos sobre el verano que habíamos pasado. Llegué frente a la puerta del pub y me observé en el reflejo que me devolvía el cristal. Acomodé un poco mi cabello, me miré de arriba a abajo para comprobar que todo se encontraba en orden. Los shorts que traía eran de jeen, por lo que se ajustaban perfectamente a la forma de mis piernas, y la blusa que llevaba caía hacia uno de los lados dejando a la vista uno de mis blancos hombros. Preparé mi mejor sonrisa y empujé con una mano la puerta que cedió ante el peso que le aplicaba.

Entré al bar y comencé a mirar en todas las direcciones para poder distinguir la rubia cabellera de mi amiga. No me costó mucho encontrarla, se encontraba sentada en nuestra mesa, la que siempre ocupábamos cuando salíamos a pasear por el pueblo los fines de semana. Caminé hasta ella, aún recordaba como la había conocido en su primer año, y desde ese momento nos habíamos hecho inseparables. Amaba pasar tiempo con ella y concocía absolutamente todo de mi. Jamás le había ocultado nada, a excepción de una cosa. Clarisse no sabía nada acerca de mi compromiso con Erick, nunca me había atrevido a decírselo ya que no sabía como iba a reaccionar, pero eso ya había quedado atras. Ahora estaba decidida a contarle la verdad, era suficiente de andar guardando secretos.

-Me pareció reconocer esa cabellera rubia a la distancia- le dije con una sonrisa en mi rostro. La abracé unos momentos y luego del saludo me senté enfrente de ella. Le quité la botella de cerveza de manteca y le di un pequeño sorbo en lo que la camarera no aparecía. -Te extrañaba Issie! Pero pronto nos veremos todos los días!- Volví a sonreir y cuando la camarera se acercó a la mesa le pedí que me trajera unas cuantas cervezas mas, luego ya pediríamos algo para comer, ahora lo que me intersaba era ponerme al día con mi amiga.

Continué mirando por la ventana, absorbida en mis pensamientos, esperando el momento en que ella apareciera e iluminara todo el local con su hermosa presencia.
No paso mucho cuando eso sucedió, lucía unos pantalones cortos de jeans, y una blusa que hacía lucir su escote, no pude evitar sonrojarme al verla y mucho menos cuando dio un trago a mi bebida ¿Ese era un beso indirecto? Cuántas veces no he deseado lanzarme en sus brazos, y besar sus pequeños labios... Cuántas ocasiones más no me he visto privada de mi apetito cuando ella no se siente bien, si tan solo me armara de valor para contarle mi más grande secreto, un amor que quema mi pecho con la intensidad de mil soles.
Debía volver a la realidad antes de que ella notara mis nervios - Sí, he pensado colorearla un poco, pero mamá no me lo permitió, tu sabes... siempre he deseado teñirlo de negro - me encogí de hombros, tomando delicadamente mi bebida entre mis manos, armándome de valor para volver a dar un trago, ahora que ella había tenido la delicadeza de posar su boca en ella - Yo también te extrañe mucho, Katt - comente con una gran sonrisa - Pase la mayor parte del verano en Moscú, tu sabes cuanto detesto estar con mi madre, siempre vigilando mis movimientos, ni una sola escapada me pude dar. Pero todo mejoro con papá, cuéntame ¿Algo nuevo en tu casa? - pregunte casualmente, tratando de mitigar todo el interés que ella me provocaba. La mesera volvió hacia nosotras, con su cara amigable y su pluma y cuadernillo flotando a su lado, pregunto si estábamos listas para ordenar.
- Ahora si ordenaremos algo, Katt, adelante... - dije a mi amiga, inspire hondo y di el último trago a mi cerveza, indudablemente ahora tenía su sabor - Yo pediré otra cerveza, gracias - Espere a que se marchara, para volver a colocar toda mi atención en mi rubia favorita, Katt Wells.

Dí un trago mas a la cerveza antes de devolvérsela y me quedé observándola, mientras escuchaba antentamente lo que me contaba sobre su verano. Amaba pasar tiempo con Clarisse, era una de las pocas personas con la que podía ser realmente yo misma. Cuando estaba mal, ella siempre tenía una palabra que lograba hacer que me alegrara de nuevo, cada vez que necesito algo está dispuesta a ayudarme sin importar lo que sea.

-Podríamos teñirlo, y le decimos a tu madre que fue un accidente en pociones, yo te guardo el secreto- Reí un poco y continué escuchando. Secretos... Eso me hacía sentir mal en este momento, ella era extremadamente amable conmigo, la mejor amiga que podría tener, y yo le estaba ocultando algo muy importante. Tenía ese secreto guardado desde que la había conocido, pero no me animaba a revelárselo, no sabía cual podría ser su reacción, pero en algún momento debería enterarse, y mejor a que fuera por mi que por alguien mas.

-Nada nuevo, pasé el verano aburrida en Italia, sin nada interesante que hacer, las mismas caras todos los días, las mismas actividades monótonas... Lo de siempre- Sonreí un poco, enseguida la mesera se acercó a nosotras por lo que aproveché para hacer mi pedido -Yo también quiero una cerveza, gracias.- Volví mi atención a mi amiga y sonreí de lado -¿Ansiosa por volver a clases Clari? Debo admitir que me da algo de nostalgia volver... Será mi último año- Me quedé observándola, iba a extrañar el castillo, iba a extrañar a mis amigos, iba a extrañar pasar tiempo con mi mejor amiga.

Sentí un gran alivio cuando menciono Italia, ahí con su familia tan cerca ningún chico se atrevería a acercarsele, así que de nuevo tendría el año entero para disfrutar de Katt. Sonreí triunfante, aunque inmediatamente deje de hacerlo, no quería que ella se diera de cuenta.

En cuanto la camarera se fue por nuestro pedido, Katt continuó hablando, mencionando su nostalgia al vivir el último año de Colegio. Al recordar aquello no pude evitar formar una mueca de tristeza en mi rostro... mi mejor amiga, es más, la chica que amo se tendría que ir para continuar su vida lejos de mí. Bien podríamos comunicarnos por carta y tal vez la visitaría en verano, pero el año de clases no podría tener su compañía. Sonreí con esfuerzo para contestar — Sí, prefiero mil veces estar en Hogwarts que pasar un día más en casa. Aunque te envidio tanto, quisiera también de una vez salir de ahí y ser mayor de edad para hacer lo que quiero — me cruce de brazos y la mire a los ojos, definitivamente tenía que confesar mis sentimientos y tenía el año completo para hacerlo.

La camarera regreso con las bebidas, las coloco cuidadosamente sobre la mesa y se fue. Al inclinarse para dejarlas pude notar un bonito trasero y me sonroje un poco. Carraspee la garganta para recuperarme de la impresión.
— ¿Ya has pensado a lo que te dedicaras en el futuro? — Le pregunte seriamente y después di un largo trago a mi cerveza.

La camarera llegó con nuestros pedidos al poco rato de haberlos hecho. Cuando dejó las cervezas sobre la mesa, tomé una de las botellas y la llevé a mis labios, bebiendo un poco. Enseguida el sabor dulzón inundaba mi boca por completo. Relamí mis labios, recargándome en el respaldo de mi asiento y me dediqué a escuchar lo que Clarisse me decía.

-Tal vez te suene medio cursi esto que te voy a decir, pero es cierto... Ya considero a Hogwarts como mi casa. Y de verdad voy a extrañar el castillo, y cada cosa que hacía allí dentro, hasta me atrevo a decir que extrañaré las clases- sonreí de lado y bebí un poco mas de cerveza. Las palabras "ser mayor de edad y hacer lo que quiera" llamaron mi atención.

Era cierto, ser mayor de edad era genial, ya que puedes hacer magia fuera de la escuela sin tener que preocuparte porque te descubran, o algo asi. Pero en mi caso, el ser mayor de edad no cambiaba las cosas, mi vida siempre había sido muy marcada por lo que mis padres quisieran, desde como debía comportarme, hasta que debía vestir. Y sobre todo, desde los seis años mi destino había sido decidido por la bisabuela, casarme con mi primo y así poder prevalecer la pureza de la familia. Volví a acercarme a la mesa, apoyando los codos sobre esta y recargando mi cabeza en mis manos.

-A veces no sirve el cumplir 17 años... Bueno, por lo menos no en mi caso, ya sabes, mi familia no es muy convencional. Tiene sus tradiciones y sus propias reglas.- Estaba intentando entrar en el tema del compromiso, que era un secreto en Londres, nadie lo sabía, ya que con Erick nos encargábamos de ocultarlo para no tener la presión de las demás personas. Queríamos estar juntos, pero porque lo queríamos los dos, y no porque nuestra bisabuela así lo había decidido. Es por eso que intentábamos mantenerlo en secreto.

-Quería entrar al Ministerio... Al Departamento de Cooperación Mágica Internacional, se me da bien eso de tratar con las personas, y ese departamento me daría la posibilidad de viajar por varios lugares conociendo nuevas culturas. Aunque últimamente las criaturas mágicas también me han llamado la atención...- la miré sonriendo -Pero aún me queda todo un año para decidirme... ¿Y tu? Este año presentas los TIMOS, ¿cierto? Y si... son tan horribles como dicen.- reí un poco y volví a tomar de mi bebida.