Soñar es gratis (Libre)

Una hora libre entre mis asignaturas del día, fuera hace mucho frío como pasear tranquilamente, ¡qué mejor plan que la sala de trofeos!. Salí casi corriendo, me encantaba estar allí, rodeada de todos los logros que habían conseguido los antiguos alumnos.

Entré sintiendo mariposas en el estómago. -Menos mal que es una sensación que no grita a pleno pulmón, si no estaría muerta de vergüenza- me susurré a mi misma mientras empujaba la puerta.

Veteranas, algunas ya viejas y otras actuales glorias relucían limpias y brillantes tras las vitrinas.

Elegí mi premio favorito. -mejor golpeador del equipo de Ravenclaw ... -saqué mi varita y escribí sobre el cristal mi nombre, solapando el de la placa orginal. - [b]Eridan ...[/b] -

No sabía como había acabado allí, pero así había sido. Estaba desde el mediodía ''jugando'' y remoloneando con una de cuarto en los invernaderos, nos la habíamos pasado muy bien. Hasta que sonó la campana de la torre del reloj y apurada y aún con la corbata mal acomodada debajo de una túnica desprolija la muchacha se largó corriendo a clases. Por suerte para mi, tenía ese día libre así que comencé a vagar entre los pasillos y escaleras en busca de algo entretenido con que pasar el rato.

Mis pasos me guiaban, yo no los controlaba y terminaron dejándome postrado ante la puerta de la sala de trofeos. Empujé la puerta con mi pie, y entré al salón con las manos en los bolsillos. Nunca había estado en esa sala, ya que nunca me había resultado interesante en lo absoluto pero el aburrimiento era tal que había decidido entrar a ver si encontraba algún familiar en alguna placa.

Dejé mi mirada divagar por el salón encontrado trofeos académicos, deportivos, méritos mágicos y campeones de diversas casas en todo tipo de cosas. De pronto bajé mi mirada cuando ya había recorrido una parte de la sala y me encontré con una muchacha. Oh, al parecer no soy el único aburrido aquí ¿eh? pregunté bromista y burlón.

oi pasos en la sala, no había odio la puerta, suponía que estaba muy centrada en escribir mi nombre. Escondí rápidamente la varita pero el nombre aún flotaba entre mi cuerpo y la vitrina que protegía el premio. Moví las manos entre las letras para que se dispersaran, fue lo mejor que se me ocurrió en ese momento. Cuando llegó el chico a mi ya no quedaba mas que unas volátiles chispitas de magia por el aire casi inapreciables.

Me giré al oir los pasos muy cerca de mi. Saqué mi mejor sonrisa en lo que mis ojos se deslizaban hasta el chico. Se le veía relajado y divertido, no era un prefecto seguro, esos solían ir siempre con cara de "cuidado tengo poder sobre ti". -No, no me estoy aburriendo, a mi me gusta esta sala. Sobre todo los premios de quidditch y ver las placas más antiguas. - miré hacia el fondo de la sala. -Mira ven- sali deprisa hacia el fondo con la esperanza de que aquel chico desconocido me siguiera. -Ves- señalé con el dedo indice la vitrina. -Mira la placa, hace más que quinientos años que está ahí puesta. ¡A que no eres capaz de calcular cuantas veces la habrán limpiado ni cuántos ojos la habrán mirado? - le miré y me reí. -Soy Eridan, Ravenclaw de quinto curso.

La chica repentinamente se emocionó, como si yo fuera su amigo o algo. Seguramente era nueva en todo esto, siendo tan amable con un desconocido. Me invitó a seguirla, sinceramente no me apetecía caminar así que no lo hice y la escuché hablar desde la lejanía. Sus palabras resonaron en mi cabeza y con un resoplido caminé hasta la vitrina que señalaba y sin demostrar mucho entusiasmo le respondí. Dudo que haya una forma de calcular eso, aunque a quién le importaría calcularlo? dije, aburrido. Pasee mi mirada de arriba a abajo, cuando ella se presentó, intentando decidir si ella merecía saber mi nombre o no, ¿Eridan cuánto? pregunté algo hostil al principio, quizás su apellido era respetable, o tal vez no, de cualquier modo debía saberlo. Yo, soy Jasper, respondí algo dubitativo a su presentación. También de Quinto pero soy una increíble y genial serpiente... lástima que no puedas decir lo mismo ¿no..? culminé mi diálogo, con una sonrisa burlona en mi rostro. Y bien dime, chica, qué tiene de interesante esta sala para que te atraiga tanto? le pregunté, ya que no tenía nada que hacer, y debía matar el tiempo de alguna manera.
Y luego, me quedé de pie, observando la placa que señalaba intentando leer el nombre grabado en ella, o al menos de qué tipo de premio trataba...

Off: Siento ser tan hostil, pero ya sabes, Jasper es algo racista y engreído D:

off: siento el retraso, tuve exámenes. No te disculpes por eso, he leído tu ficha. Eridan es asi, amigable con todos.


Mi entusiasmo se fue enseguida, no era Prefecto pero era Slytherin de los pies a la cabeza.
-Eridan Silje-Haake Danwot- le contesté, sabiendo que aquella respuesta no le diría nada, no eramos una familia conocida, o al menos esperaba que el no nos conociera.
Me quedé escuchando como se presentaba. -Un placer Jasper. No, no puedo decir lo mismo, yo soy una inteligente y despierta ravenclaw, así que no tengo nada que envidiarte.- le contesté en un alarde de valentía.

-¿De esta sala?, todo, - le miré y dejé mi entusiasmo a un lado, no merecía la pena entusiasmarme en exceso con alguien así. -piensa cuanto esfuerzo hay tras esos nombres. mejor jugador de quidditch, alumno del año, mejor prefecto. todo es a base de esfuerzo y ... - me quedé callada. Era un Slytherin, no solían conseguir las cosas con esfuerzo y trabajo duro.

-A mi me gustaría tener una placa con mi nombre como mejor jugadora de quidditch. - Aún con más opciones a que mandara a un lugar desagradable de ir me atreví a hacerle u na pregunta. -¿A ti no te gustaría destacar en algo positivo y tener una placa aquí y que las generaciones lo vieran?